viernes, 22 de mayo de 2009

Lo dijo Francis...

"Mientras más pequeño sea el presupuesto de una película, más grande las ideas. Porque si haces una cinta grande, tiene que ser estúpida, porque le tiene que gustar a todo el mundo."

Francis Ford Coppola, Cannes 2009


Fine and Mellow


Sin mucho que decir... sólo vean, escuchen y viajen.



Con el pequeño aporte de pequeños nombres como:

Ben Webster
Lester Young
Vic Dickenson
Gerry Mulligan
Coleman Hawkins
Roy Eldridge
Doc Cheatham
Danny Barker
Milt Hinton
Mal Waldron


miércoles, 20 de mayo de 2009

Adiós a Benedetti de Luis Sepúlveda

...
Yo Digo:
[Vale la pena compartirlo, leerlo, pensarlo]
...

Luis Dice:

Tá, se dice en uruguayo cuando se trata de afirmar con énfasis y Tá respondió Mario Benedetti cuando la decencia preguntó si había que jugarse por los pobres, por los débiles, por los condenados de la tierra, por lo que no tenían derecho a la alegría, por los que soñaban con una existencia justa, por la palabra mañana llena de sentido.


Tá, respondió Mario Benedetti cuando la vida misma preguntó si había que tomar partido y ser la voz de aquellos que se pudrían en un penal llamado tristemente “Libertad”. Ahí, entre tantos, estuvieron quince años el dramaturgo Mauricio Rosencoff y el poeta Carlos Liscano, pero durante esos quince años fueron nombrados cada día por Mario Benedetti, donde fuera que estuviese, sus primeras palabras eran para exigir la liberación de los compañeros.

A los poetas se les ama y admira, a los hombres como Mario Bendetti simplemente preguntábamos: “¿y si nos vamos al boliche dos del mercado de la abundancia para ponernos al día con la vida?” Y el tá de su respuesta era el inicio de una gran fiesta de recuerdos, de vino clarete, de preocupación porque Mario se preocupaba por todos y mientras alguien le informaba de “ese muchacho que sigue preso en Lima” sus ojos seguían los movimientos de una niña vendedora de jazmines.

Jamás he conocido a otro hombre tan sencillo, tan generoso, solidario y que, como dice el poema de César Vallejo, parecía vivir en representación de todo el mundo. A lo hombres como Mario Benedetti se les canta y sin que importe la rima de sus versos, se les encuentra en los barrios populares, en los boliches frecuentados por gentes de otras tierras, en el fragor de las luchas más justas, en las pancartas con faltas de ortografía pero perfectas de razones, en los estudiantes que tras la barricada toman la mano de su novia, descubren entonces que no están solos, sin que importe la lengua que hablen sus corazones laten a ritmo uruguayo, se convierten en la flor de la banda oriental, y se miran a los ojos antes de la carga represiva para decir: si te quiero es porque sos/ mi amor mi cómplice y todo/ y en la calle codo a codo/ somos mucho más que dos.

Nunca un Poeta llenó los estadios de fútbol como los llenaba Mario Benedetti. Nunca otro hombre entró a un bar y a la pregunta respecto de qué quería beber respondió: un traguito, del más humilde. Nunca otro escritor nos convocó para que no perdiéramos el rumbo ni la alegría en los peores momentos de dudas y desilusiones: un torturador no se redime con el suicidio, pero algo es algo.
Escribo estas líneas con bronca, porque sé que ya la vida no será la misma con la ausencia de Mario Bendetti. Hoy por la mañana muy temprano sonó el teléfono, era otro Mario, el escritor Mario Delgado Aparaín. “El Negro”, gran amigo de Benedetti, me anunció simplemente: se nos fue Marito, hermano, con los muchachos estamos tomando unos mates y hablando de vos, porque a Mario le encantaba hablar de vos.

Sé que a Benedetti no le gustaban los homenajes, o mejor dicho, le agradaban ciertos homenajes, como que a su invitación a tomar unos mates respondiéramos llevando unas buenas facturas para acompañarlos. A los otros homenajes respondía escabulléndose, mostrando su carnet de tímido militante o exclamando; “déjense de macanas”. Mientras escribo esto que no es un homenaje, sé que Montevideo no será la misma ciudad que amo cuando vuelva, sé que en Madrid me faltarán los paseos por El Retiro junto a un Mario Benedetti maravillado con los titereteros, sé que el café Rossi en Roma se quedará con una silla vacía y soportaré solo el atraso eterno de los compañeros de Il Manifesto, sé que un vacío infinito abre sus fauces y me sumo a la multitud de hombres y mujeres que lloramos apretando un atado de libros.

Pero una mano de Mario Benedetti me remecerá un hombro y habrá que salir a la calle, a defender la alegría como una trinchera.
Tá, Mario, ¡Tá!.

lunes, 18 de mayo de 2009

Adiós Poeta. Adiós Mario. Adiós Benedetti.

...
Ya se nos fue.
Se fue Mario.
Se fue quien nos regaló tantos poemas y tantos relatos
Se fue ese pequeño genio
con su mirada tan profunda
y simple.
...


Siempre me provocaste buenas cosas, Mario
Cuando te conocí, inmediatamente,
reconocí en ti un alma gemela
fuiste el primero que me escribió
el primero que dijo lo que quería decir
el primero que, como si fuera un dictado,
transcribías lo que yo pensaba
(y es cierto)
pero, por supuesto,
mucho más.

Hoy brindé por ti... por vos

Recuerdo que cuando leía tus cuentos
sentía el extraño impulso de aplaudir cuando
terminaba un capítulo
¿Quién aplaude cuando está solo leyendo un libro?, digo yo
Parecía todo tan perfecto
ni una palabra de más ni una de menos
Pero, al parecer, tu máquina de escribir recibía
lo mejor que puede recibirse.
Feliz en su dicha
orgullosa de su dueño.

Recuerdo cuando no quería que se me acabara
La Tregua
la leía a pedacitos tan chicos
tan con miedo
mientras más al final iba, más lento quería leer
Quería leer ese libro eternamente
Me pregunto qué ubiera pasado si aún lo leyera
si hubiese podido leer un libro eternamente como
pensé una vez
Creo que con alguno tuyo no habría tortura ni
desconsuelo

Podría escribir tantas otras anécdotas que me regalaste
pero ya es inútil
Creo que ahora las sabrás solo
Sé que tus ambiciones eran estrechas
que se colmaron con creces en vida
Por eso te puedes sentir orgulloso
Yo sólo te puedo decir que por acá en el Pacífico
sí hay uno que te respeta
uno que cambió con tus palabras
uno que llora tu partida
uno que
de alguna manera
ya se siente solo
sin ti
sin vos
poeta querido

sábado, 16 de mayo de 2009

Bárbara Wilson & los Maestros del Swing Jazz


Este es el tema
What a Little Moonlight Can Do
que cantaba la Billie Holiday
interpretado ahora
por mi amiga
Bárbara Wilson
junto a los
Maestros del Swing Jazz.

Este es un registro del
25 de abril del 2009 en Thelonious, Lugar de Jazz.



Voz: Bárbara Wilson
Saxo alto: Alfredo Espinoza
Guitarra: Fernando Otárola
Contrabajo: Nelson Arriagada
Batería: Jorge Rodríguez

Cámara 1: Diego Pequeño
Cámara 2: Loreto Salinas
Sonido: Erick Del Valle

jueves, 14 de mayo de 2009

Quisiera hacer contigo una película hablada



Quisiera hacer contigo una película hablada

es un poema de
Raúl González Tuñón.

Es un tango compuesto por el Tata Cedrón.

Es un tango que conocí en Thelonious
cuando un grupo de chicos mendocinos llegaron con
guitarra, contrabajo y bandoneón
amplificadores y algunos efectos.

El sonido del bandoneón bien tocado
siempre
será algo imponente. Algo importante.
Algo que me llegará mucho.
Ese día me gustó mucho el concierto.
Escuché esos sonidos tan suaves y fuertes a la vez
sonidos de instrumentos nobles
naturales
pero a veces con distorsión
distorsión
hasta en el bandoneón.

Fue algo nuevo para mí.
No me pasó lo que a un viejo ortodoxo del tango
me gustó y me atrajo.
Me atrajo también la voz seca
pastosa
profunda.





Grupo: Futre
Palabras: Raúl González Tuñón

Música: Juan Cedrón




Oye muchacha, que hablas con la nariz y eres pecosa
y tienes veinte años y una ambición muy grande
y un novio plomero parecido a Nils Asther
y una pantalla verde sobre la azul mirada:

Quisiera hacer contigo una película hablada

Cantan sobre los árboles los pájaros pintados.
Mujeres con canastas vienen de los mercados.

Aquí construyen, veo los hombres y las luces,
arañas, esqueletos, mapas, vigas y cruces.

En blancos edificios brillantes ascensores,

de sótanos flamantes suben nuevos rumores.
Pienso en ideas veloces que van del corazón

hasta el cerebro igual a una exhalación.

Tiendas de cinco y diez. Cansados jugadores,
columnas de colores en las peluquerías.

Casas en cuyos largos y estrechos corredores

son de iguales colores las noches y los días.

Y un puerto. Un puerto es siempre paraje bien querido.
Allí están la aventura, el recuerdo, el olvido
y el ansia de partir que ¿quién no la ha sentido?
Un puerto, las tabernas y el mar todo llovido.
Pero te digo, digo, tu boina colorada
bien vale un dólar y cincuenta.

Quisiera hacer contigo una película hablada.
Y alguna cosa más, pero eso no se cuenta.


miércoles, 13 de mayo de 2009

Figuración


Lluvia + Bicicleta



Justo hace un año.
Justo hace un año me mojé así como hoy...
en bicicleta, en París.

Esa vez no lo busqué,
sólo llegó ese aguacero.
Sólido
intransigente
sorpresivo.
Qué impresionante fue el sentir que esa lluvia no pararía,
esa violencia pocas veces la había visto
Me mojé todo todo.
No había ni un sólo espacio para dejar le vélo
en una estación Vélib'
perdí unos cuantos euros
pero fue una experiencia.

Hoy lo elegí.
Me dispuse a salir a aventurarme a la lluvia
siempre me gustó mojarme
también era como para inaugurar el verdadero invierno
También me mojé todo
iba con chaqueta impermeable
buena música
ganas
soledad
(había poca gente en la calle)
me crucé con unos 4 o 5 ciclistas
Lo disfruté
Sobre todo sabiendo que llegaría a sacarme la ropa
tomar una ducha caliente
y meterme a la cama.

Algo cercano a la felicidad.

martes, 12 de mayo de 2009

Cantata de Puentes Amarillos


No sé bien por qué me llama tanto la atención
esta canción.
Será por sus cambios, sus partes?
Su aparente simpleza?
Su extrema complejidad?
Su duración?

Qué se yo!
Me gusta esta canción.
Me acompaña a cada tanto y me hace recordar lo que me gusta
de la música.
Me hace querer tocar la guitarra.
Me hace volar hacia dentro
mirar lo que provoca
sentir lo que toca
oir lo que propone
llorar lo que dispone.

Todo camino puede andar.

Y en el maaaar. Naufragó
una balsa
que nunca zarpó
mar aquí, mar allá.

En un momento vas a ver
que ya es la hora de volver
pero trayendo a casa
todo aquel fulgor
y para quién!

Vi tantos monos, nidos, platos de café.
Platos de café.

Ya no poses nena, todo eso es en vano
como no dormir.
Aunque me fuercen yo nunca voy a decir
que todo tiempo por pasado fue mejor.

Yo te amo tanto que no puedo despertarme sin amar
y te amo tanto que no puedo despertarme sin amar.

Hoy te amo ya y ya es mañana.
Mañana.

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Spinetta
mezcla a
Artaud con Vincent Van Gogh con el verde
con el pájaro con el amarillo con la guitarra con la electricidad
con las palabras... sí, con las palabras.